Des dels campanars 356


  • Horaris de Missa Diari: MISA DIARIO: PARROQUIA: MARTES A SÁBADO a las 19’30 h. Convento lunes y martes a las 8 y el resto de días a las 18’30 h.-  DOMINGOS :  Convento 9’00 h.-  parroquia 10’30 h. y 12
  • HORARIO DE APERTURA DE LA IGLESIA: TODOS los días se abre la Iglesia a las 8’30 h. y a las 18’00 h.  
  • HORARIO DEL DESPACHO PARROQUIAL: Encarna de martes a jueves de 18’00 h. a 19’15 h.  miércoles y Jueves de 20’00 h. a 21’00 h. (Sacerdotes)
  • CARITAS: Lunes y miércoles de 10 a 12 h. (“Casa del Vicari”). 
  • CONFESIONES:   JUEVES A LAS 18’00 h, y los VIERNES en el convento a las 17’00 h.)  
  • Cena del Hambre – Manos Unidas 
  • Al·leluia – Web parroquial : http://www.parroquiacanals.com/ elscampanars@gmail.com / També Facebook, Instagram   y Twitter y los domingos a las 9’00 h.

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2,22-40.

Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor (de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor) y para entregar la oblación (como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones»).

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu Santo, fue al templo.

Cuando entraban con el Niño Jesús sus padres (para cumplir con él lo previsto por la ley), Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz;
porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: 

luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo, Israel.

José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía del niño.

Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: -Mira: Este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti una espada te traspasará el alma.

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana: de jovencita había vivido siete años casada, y llevaba ochenta y cuatro de viuda; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.

Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

Sal 23, 7. 8. 9. 10

 R/. ¿Quién es ese Rey de la gloria? Es el Señor.

¡Portones, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria!¿Quién es ese Rey de la gloria? 

-El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra.

¡Portones, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria!

¿Quién es ese Rey de la gloria? -El Señor, Dios de los Ejércitos: él es el Rey de la gloria.


Sal 70,1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17

R/. Mi boca anunciará tu salvación.

A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; 

tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame.

Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú, 

Dios mío, líbrame de la mano perversa.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, tú me sostenías.

Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, 

me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 4,21-30.

En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga:-Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír. Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

Y decían: -¿No es éste el hijo de José?

Y Jesús les dijo: -Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»: haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaun.

Y añadió: -Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio.

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.